
Maricones sí, y ¡con dos cojones! Eso les cantaba su grupo de amigas el día antes de la boda.
Se me quedó grabada esa frase porque la orientación sexual hay que llevarla con la cabeza alta sin importar la opinión de nadie, así que estoy muy de acuerdo y coincido con la frase en cuestión.
Juan Carlos (es primo por parte de mi mujer Maria) y Luis su pareja, son dos personas excepcionales, cariñosas, divertidas, amables y educados.
El día que me enteré que se casaban me dijeron bien claro: ¡Queremos que seas nuestro fotógrafo! Y para mí es una super ilusión formar parte desde dentro de esos días tan inolvidables.
Ni presupuesto, ni manera de trabajar ni nada, no nos hizo falta discutir sobre qué o cómo. Me dieron toda la información que les pedí y las máximas facilidades y entre que ellos lo tenían claro y que a mí me hacía mucha ilusión…¡fotógrafo al canto!
Los momentos previos los vivimos con la familia mas allegada en una casa justo enfrente de donde se iba a celebrar la ceremonia, con los típicos nervios y las horas que no pasaban hasta que empezaron a volar los minutos…que dieron paso a la ceremonia. Brutal, un sitio magnifico, en mitad del campo, la finca Los Rosales en Aranjuez es un lugar ideal para este tipo de celebraciones. Todo decorado con mucho gusto, los novios haciendo el paseíllo sin apenas cruzar miradas con los invitados por no emocionarse, las maestras de ceremonia que además eran amigas de la pareja y todos esperando ilusionados oír el “sí quiero” de la pareja.
Fue una preciosa ceremonia que dio paso al cocktail para los invitados mientras los novios se hacían unas fotos por los jardines de la finca conmigo. No me gusta robar mucho tiempo ni darle prioridad a los posados por lo que en 15-18 minutos estábamos celebrando con la gente.
No puedo más que desearos lo mejor del mundo, por el trato recibido, por las facilidades y por el cariño que os tengo, Juan Carlos y Luis.
Disfrutar de la luna de miel y nos vemos a la vuelta.
Nunca mejor dicho… ¡QUE VIVAN LOS NOVIOS!










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